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Querido lector,


Le estoy cogiendo el gusto de escribirte con más frecuencia.

Espero que me perdones.
Quiero que crezcamos juntos y esto puede ser una buena forma.

En este correo te voy a contar varias cosas,
especialmente te voy a hablar de «claridad mental».
 

Primero, arrancamos con una reflexión:

«Está todo inventado»

Se escucha frecuentemente para cerrar conversaciones.

Lamentablemente, como investigador —y observador de la realidad— no puedo estar en mayor desacuerdo.

Pero…

Creo que puedo entender por qué se dice.

Por ejemplo, 

la mayoría de libros que se publican, 

son en realidad «refritos» de ideas clásicas.

Incluso Taleb, 

como dice Luís Torras,

no deja de ser una actualización de Hayek-Popper

y algo de Hume y Mandelbrot.

En ese sentido, 

muchas de las ideas de los libros de Michael Singer,

tienen influencias —entre otras corrientes—

del estoicismo.

Nuestras queridas herramientas estoicas,

que trato de sintetizar en «Nacidos para Aprender»:

dicotomía de control,

vista desde afuera,

memento mori,

amor fati…

Aún así, tiene ideas muy relevantes,

que dándole continuidad a los dos últimos correos,

quiero destilar en este.

Comencemos,

La claridad mental 

Vamos a hablar de ganar claridad mental.

La claridad mental es tremendamente clave para encontrar la solución a los problemas que nos enfrascan.

Es clave para elevar nuestro nivel de consciencia,

y, en definitiva, para aumentar nuestro potencial (de servir).

Sucede que, si no estás centrado, tu consciencia se engancha con cualquier cosa que atrapa su atención.

La mente centrada —y entrenada—

si emerge un pensamiento o emoción, se da simplemente cuenta de ello, y entonces se va, porque tú permites que se vaya.

«Si quieres ser libre, cada vez que sientas algún cambio en el flujo energético relájate y sitúate detrás de él. Sin luchar». — Michael Singer (La liberación del alma).





Con otras palabras, Vadim Zeland dice exactamente lo mismo en su Reality Transurfing

Para el misterioso autor ruso, los péndulos destructivos se eliminan con indiferencia, no vibrando en su frecuencia.


Friedrich Nietzsche nos hablan del «amor fati» que es algo muy similar: ama el destino. Concepto que también toman los estoicos:

«No pidas que las cosas sean como tú las deseas, sino deséalas tal como son, y serás feliz». – Epicteto.


Jugando con los objetos de la consciencia

La consciencia y «los objetos de la consciencia» son completamente diferentes. 
El objeto viene y se va, y la consciencia lo observa ir y venir.

Esto se puede convertir en un pequeño juego diario.
Una suerte de entrenamiento.

La libertad se convierte en un juego que nos fortalece.

Si aprendemos a mantenernos centrados ante las cosas pequeñas,

veremos que también podremos conseguirlo con cosas más grandes.

Cuando sueltas en cada minuto de cada día,

año tras año,

acabas viviendo permanentemente ahí.

Y con este, llegamos a una de las ideas clave:
 

«Tan pronto se active tu lío,

suelta en ese mismo momento,

porque después te resultará más difícil»

Esto es, 

a mayor capacidad de soltar,

mayor velocidad en volver a nuestro centro de consciencia,

mayor claridad mental,

mayor prevalencia del sistema parasimpático.

Lógicamente, estas «distracciones» no son voluntarias.

La consciencia siempre resulta absorbida por el objeto más llamativo.

[Mi mente científica lo traduciría algo así como:
Nuestro sistema de atención reticular ascendente se activa en base al principio de saliencia cognitiva].

A medida que se crece espiritualmente,

nos daremos cuenta de que los esfuerzos por protegernos de los problemas sólo nos crean más problemas.




Yo soy el centro absoluto del universo
 

Avanzamos a la segunda aportación clave de MS,

el hecho de que no ceses de pensar en ti mismo todo el tiempo evidencia el dolor psíquico que acarreas.

Veo bastantes casos, 

casi a diario,

de gente que quiere emprender algo,

pero…

argumentan: «síndrome del impostor»,
«parálisis por sobreanálisis», falta de tiempo, pereza….

En cambio, veo,

falta de acción,

falta de hambre, 

y especialmente, falta de ganas de ayudar al máximo.


Si lo piensas, no crear el máximo valor posible y arrojarlo al mundo,

por el motivo que sea, es egoista, 

es pensar más en uno mismo que en los demás.

Es fuente de sufrimiento, desdicha y arrepentimiento.

Tratar de mejorar nuestra situación externa, 

es simplemente un intento de paliar el problema, no de resolverlo.

Es esconderse detrás de las finanzas, de la gente, de la fama y de la adoración.


Dolor, el precio de la libertad

En un momento dado del viaje, todo se debería convertir en corazón, 

en lugar de ser mente.

No hay modo de evolucionar si no hay un cambio de por medio, 

y los periodos de cambio no son siempre confortables.

Forma parte del crecimiento, familiarizarse con el dolor.

Un día llegarás a ver que cualquier pauta de conducta basada en la evitación del dolor se convierte, en sí misma, en una puerta que da entrada a ese mismo dolor que se intenta eludir.

Si tienes miedo a que esa persona te rechace, no le dirás nada. 

Buscarás su aprobación. 

Por supuesto, todo esto está vinculado a la evitación del dolor,

y cada vez que haces algo para evitar el dolor, 

ese algo se convierte en un vínculo que abre la puerta al mismo dolor que se está tratando de evitar.

Si te gusta esa persona DÍSELO,

si te rechaza, 

suéltalo, déjalo ir, observa, desde el primer momento.

Es mejor que vivir atemorizado y arrepentido.

Te abre el corazón.

«El crecimiento espiritual comienza en el preciso instante en que estás dispuesto a pagar conscientemente el precio de la libertad».


El crecimiento espiritual 

Cuando de verdad te despiertas, 

te das cuenta de que estás enjaulado.

Ves que tienes miedo de decir a la gente lo que realmente piensas,

que estás demasiado inhibido para expresarte libremente y que tienes que tener éxito sin cesar para poder sentirte bien.

Posiblemente, y como nos dice MS, 

la espiritualidad es el compromiso de ir más allá, pase lo que pase.

Es un viaje infinito que consiste en ir más allá de ti mismo cada minuto de cada día durante el resto de tu vida.

Si realmente estás yendo más allá:

te encuentra siempre situado al borde de tus límites; 

nunca retornas a tu zona de confort.

Un ser espiritual siente como si siempre estuviera empujando contra ese límite, y constantemente lo está atravesando.

Cuando te vuelves verdaderamente espiritual eres diferente por completo a los demás: no quieres lo que todos quieren y, sin embargo, aceptas aquello a lo que todos los demás se resisten.


Para MS, el camino más rápido al crecimiento espiritual es responder con absoluta convicción a una sencilla pregunta:
«¿Quieres ser feliz o no quieres serlo?»

La felicidad sin condiciones es la técnica de iluminación más elevada que existe.

Si te reconoces, poniendo condiciones en algún momento,

recurre a la segunda herramienta: medita.

La práctica meditativa fortalece el centro de consciencia.


La despedida 

Si te ha gustado y te ha aportado valor,

y de paso quieres seguir aprendiendo,

quiero recomendarte nuestra nueva formación:

«El metajuego: máster en complejidad estratégica».

En esta formación hemos volcado cientos de aprendizajes,

hemos puesto el alma

(dónde pones la atención pones tu alma, y donde pones tu alma se expande).

Además, incluimos masterclasses de muy alto nivel con referentes y amigos como Jaime Rodríguez de Santiago, Paco Lodeiro, Iván de Holinautas, Abrahan Jiménez, y los que vendrán…

Humildemente, podría decirse que es la mejor formación, y más original, que hemos hecho nunca.



Un abrazote enorme.

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