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Diez pestañas abiertas.

La pestaña de Analytics dice una cosa. La del email marketing, otra. La de la tienda, una tercera. La de la herramienta SEO, una cuarta.

Un caos.

Durante años, ese fui yo. Un monstruo cosido con hilos de varias herramientas de terceros.

Y el problema no eran (solo) las cuotas mensuales. El problema era mucho peor.

Era la ceguera.

No tenía una fotografía real, compleja y afinada de todo lo que estaba pasando. Y, como sabes, lo que no se mide, no se puede optimizar.

Estaba ciego a las preguntas importantes.

Así que decidí dejar de pegar tiritas. Y construir mi propio panel de control. Mi propio cerebro. Mi SCADA.

Yo solo. Con mis manos.

¿Cómo?

Combinando todos mis conocimientos acumulados durante años con la importancia brutal de saber usar la IA como un multiplicador.

Ser ‘constructor’ vs. ‘coordinador’

Atiende. Esto es clave.

Para montar un negocio muy escalable, tienes dos caminos.


Camino 1: Eres el ‘Coordinador’.

No tienes las capacidades técnicas, así que tu trabajo es gestionar. Gestionas 10 herramientas SaaS que no se hablan. Gestionas agencias. Gestionas a tipos más inteligentes que tú (programadores, analistas). Estás abocado a coordinar. Es un camino.



Camino 2: Eres el ‘Constructor’.

Tienes la capacidad técnica, la inteligencia de negocio y los conocimientos. Construyes tú. Mueves tú los tornillos. Tienes el control total.


Escogí el segundo camino (por ahora). ¿Por qué?

Porque cuando eres el constructor, puedes hacer preguntas que el coordinador ni siquiera sabe que existen.

Y puedes construir un sistema que te las responda.

Las 5 preguntas que mi ‘Frankenstein’ no respondía

Dejé de preguntarme: “¿Qué aplicación/servicio necesito?”.

Empecé a preguntarme: “¿Qué respuesta necesito… ahora mismo?”.

Y eran estas:

  • ¿Qué post del blog o episodio del podcast captura más leads?.
  • ¿A qué velocidad se “calienta” un lead?
    Lo llamo Ritmo de Activación. Es mi termómetro para saber si un lead de que viene de un anuncio de Meta se calienta al mismo ritmo que un lead capturado por tráfico orgánico.
  • ¿Cuál es el siguiente paso lógico para un cliente que acaba de comprar?Un ecosistema de productos, no un mercadillo de ofertas.
  • ¿Cómo recupero un carrito sin insultar a un cliente que acaba de comprarme?
    Pista: el 90% de las propuestas lo hacen fatal.
  • ¿Dónde está el hueco de negocio en mi radar SEO?
    Intención de compra, no volumen de búsquedas.

Dejé de buscar herramientas. Decidí construir un solo cerebro que respondiera a esas 5 preguntas.

Esto no es marketing; es inteligencia de negocio

Hacer esto es difícil. Es de una complejidad técnica avanzada. Por eso casi nadie lo hace.

Y por eso es mi mayor ventaja competitiva.

Cuando eres el “constructor” (Camino 2), tu sistema no es un “stack de marketing”. Es un motor de Inteligencia de Negocio. En tiempo real.


¿Recuerdas la métrica del Ritmo de Activación?

Ese dato me permite mover el dinero. Hoy. No a final de mes.

Si mi panel me dice que los leads de YouTube tardan 5 días en comprar (están calientes) y los de Google 30 (están fríos)… apago el grifo de Google y lo abro a tope en YouTube.

No es intuición. Son datos. Mis datos. En mi casa.

Es trabajo de fontanería (backend) que me permite tomar decisiones de arquitecto (estrategia).

Sin los conocimientos acumulados, la IA es un juguete. Con ellos, es un arma.

Mis conocimientos son el motor y el volante. La IA es el turbo. Me permite construir a medida en semanas lo que antes era imposible o costaba una fortuna.


Pd. si quieres aprender de IA conmigo, aquí.

La Lógica en Acción (El ‘Qué’ > El ‘Cómo’)

No te voy a aburrir con el código. Esa es mi “caja negra”.

Te voy a contar la lógica. El pensamiento. Que es lo que genera el dinero.

1) El ecosistema de ofertas

La mayoría de upsells son un “kiosko” de productos. Molestan.

Mi lógica: El sistema revisa tu historial de compra. Si compraste el “Producto A”, sabe que el siguiente paso lógico es el “Producto B”. Te ofrece SOLO el “B”. Si ya lo tienes, te ofrece el “C”. Si no encaja nada, no ofrece nada. Respeta al cliente. Y si no lo compras, lo apunta en su memoria y te lo recuerda (una vez) 35 días después.

2) Carritos que no insultan la inteligencia

El 90% de las apps te persiguen por un carrito abandonado, aunque ese carrito solo tuviera el upsell que no quisiste. Es absurdo.

Mi lógica: Mi sistema aplica un filtro. Antes de enviar un email de abandono, pregunta: “¿Este carrito contiene SÓLO productos de upsell?”. Si la respuesta es SÍ, cancela el email. No molesta. No quema la lista.

3) El Termómetro (ritmo de activación)

La mayoría mide el Lead Score como un número muerto. “Este lead tiene 80 puntos”. ¿Y qué?

Mi lógica: Yo mido la velocidad. El ‘ritmo de activación’. Cuántos puntos gana un lead por día, y lo agrupo por fuente de tráfico. Eso es Inteligencia de Negocio. Eso me dice dónde invertir.

4) Atribución Real (saber qué publicación genera más tráfico)

Google Analytics es un laberinto. No te dice la verdad.

Mi lógica: Mi sistema recuerda el último post del blog o episodio de podcast que viste antes de suscribirte. Y cuando compras, ata el cabo. En mi panel veo: “Top Posts por Vistas” y “Top Posts por Leads”. Adivina cuál miro yo.

5) Radar SEO con intención

No persigo palabras por moda. Detecto huecos con intención y el ángulo que falta. Publico para mover al siguiente paso, no para coleccionar impresiones.

Lo que revela tener tu propio cerebro de datos

Gracias a este sistema he podido observar patrones que antes eran invisibles.

Por ejemplo, que un usuario medio —desde que me deja su email— tarda casi un año en realizar su primera compra. Y si contamos desde el primer impacto real (un vídeo, un artículo, un anuncio), la cifra probablemente se acerque a dos o tres años.

También he podido comprobar que, con una buena secuencia de bienvenida y un lead magnet atractivo, los leads procedentes de campañas frías (como Meta Ads) se calientan a un ritmo consistente. Más lento que los orgánicos, sí, pero predecible y sostenible en el tiempo.

Ese tipo de información —la que ninguna herramienta te ofrece por separado— cambia por completo la forma en la que tomas decisiones. Ya no trabajas con intuiciones. Trabajas con conocimiento acumulado.

Cierre: la escalabilidad del constructor

Ser el constructor te da control. Claridad.

Puedo mover un slider de presupuesto en un canal porque sé medir su ‘ritmo de activación’. Puedo lanzar un post nuevo porque mi radar me dijo exactamente dónde estaba el hueco.

Puedo recuperar ventas sin molestar porque mi sistema respeta el contexto del cliente.

Esto no lo logra saber un poco de todo. Lo logra dominar la lógica de negocio y tener el valor de construir tus propias herramientas.

Si tienes un producto y un canal, necesitas tu propio panel de control.

Y sí: esto lo puedes empezar a montar tú solo. Con tus conocimientos (acumulados) y con la IA como tu mejor turbo.

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