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Querido lector,

El correo de hoy es un poco distinto y creo que no te dejará indiferente.

Espero que tengas la mente abierta y no me juzgues en exceso.

Si en el correo anterior te hablaba de «El experimento rendición» de Michael Singer,

hoy vengo a hablarte de temas muy relacionados con su libro anterior,

e incluso más exitoso, se trata de:

«La liberación del alma».

Nuevamente, el libro es una pasada.

Michael escribe con dulzura, sencillez y precisión.

En este caso, no se centra en su vida, va totalmente al grano.

Lo que ve voy a explicar aquí, 

no es ni mucho menos todo el contenido del libro,

y muchos aspectos son reflexiones personales y otras lecturas entrelazadas.

Empecemos,

La voz dentro de tu cabeza.

Michael arranca, al igual que en su posterior libro,

analizando el parloteo mental,

esa voz incesante que juzga sin parar,

que se queja, que analiza,

esa rumiación,

que para muchos, entre lo que me incluyo, es simplemente el llamado «pensamiento crítico».

El caso es que, esta voz nos puede generar mucho sufrimiento y jugar malas pasadas.

«Si no puedes lograr que el mundo sea como a ti te gusta, entonces lo verbalizas internamente, lo juzgas, te quejas de él y después decides qué hacer al respecto».

Para M.S. darse cuenta de que estás observando a la voz hablar es ya hallarse en el umbral de un fantástico viaje interno.

La verdad que en esta parte me recuerda mucho al libro de Ángel Martín, «Por si las voces vuelven».

Una vez asumimos la presencia de esta voz, vayamos al siguiente paso.

¿Qué es el verdadero desarrollo personal?

De forma muy sintetizada, consiste en lo siguiente:
 

  • Trascender la parte que que se queja de todo y necesita protección.
  • Darnos cuenta de que el único modo de hallar paz es dejar de pensar en nosotros mismos.
  • Darse cuenta de que el «yo» siempre está pensando en tu interior y no va sentirse nunca satisfecho.
  • Entender que cuando un problema desaparece justo a continuación llegará uno nuevo.

Vale, que místico, ¿pero qué hago?

Verás….

Me llega un problema,

(lo que siempre ocurre)
entonces, 

sustituyo el pensar: «¿Qué debería hacer?»

por…

«¿Qué parte de mí se siente molesta por esto?»

La diferencia es enorme.

Este reframing es sumamente importante.

El acto mismo de mantener una consciencia objetiva de la perturbación interna
—entra en escena en el plano espiritual los sistemas complejos—

es mejor que extraviarse en el problema externo.

En esto reside la diferencia esencial entre un apersona de mentalidad espiritual y una persona mundana.

Y,

atención plena con lo siguiente porque es PIEZA CLAVE:

«Nadie ha llegado nunca a sentirse bien cambiando las cosas fuera, siempre surge un nuevo problema. La única solución real es asentarse en la consciencia del testigo y cambiar completamente el marco de referencia».

Aquí, se introduce el marco del observador o testigo.

Los estoicos hablarían del distanciamiento cognitivo.

Para lograr la auténtica libertad interior: deberías ser capaz de observar objetivamente tus problemas, en lugar de perderte en ellos.

Resulta que el verdadero problema es que hay algo dentro nuestro que es susceptible de tener un problema con casi cualquier cosa.

Por ello:

Deberíamos romper con el hábito de pensar que la solución a nuestros problemas reside en arreglar las cosas fuera.

Segundo, 

¿Quién eres tú?

Por fin, damos la bienvenida a la: CONSCIENCIA.

No eres nada del mundo externo.

Tú eres el que está ahí dentro mirando hacia afuera.

Consciencia es el término más elevado que es posible expresar. 



No hay nada más elevado ni más profundo.

La consciencia es pura capacidad de darse cuenta.

La consciencia tiene la capacidad de «enfocarse».

La diferencia entre un ser consciente y una persona que no lo es tanto, es simplemente el enfoque de su consciencia.


De hecho, 
en el estado más elevado de meditación,

el foco de la consciencia se dirige no sobre la respiración,

o sobre cualquier otra parte del cuerpo,

sino sobre la consciencia misma, es decir,

sobre ti mismo.

Cuando contemplas la naturaleza de ti mismo, estás meditando.

Es darte cuenta de que te das cuenta.

Entonces te das cuenta de que no eres quien pensabas.

Ni siquiera eres un ser humano.

Lo que sucede es que simplemente estás observando a un ser humano.

Tercero,

¿Qué es meditar y que no es? ¿Para qué sirve?

Mi amigo Antonio Herrero, lo explica muy bien y a mí me hizo clic,

en su «Manual hacia la grandeza».

Te lo explico… pero muy al grano.
 

Empiezo con lo que NO es meditar:
 

  • No es dejar la mente en blanco. Es imposible.
  • No puedes meditar haciendo otra actividad simultáneamente (como bailar Kizomba o caminar). En todo caso, estarías haciendo mindfullness.
  • Tampoco es tumare en la cama y cerrar los ojos para relajarse. Para meditar se necesita estar completamente alerta, no somnoliento.
  • No es algo místico, esotérico o raro. Es algo práctico y experiencial.



Entonces, qué SÍ es meditar:
 

  • Aprender a observar —y extraer información— gradualmente del presente, cada vez con mayor precisión.
  • Conocerte y observarte a ti mismo.
  • Concentrar tu atención. A mayor concentración mayor capacidad de percibir las sutilezas.
  • Empezar a comprender cómo se comporta la mente.
  • Es ser consciente del inconsciente. Al meditar, nuestra consciencia aumenta no porque crezca de la nada, sino porque le vamos tomando pedacitos al inconsciente.
  • Es aumentar el nivel de consciencia. A mayor consciencia, menos inconsciencia. Y viceversa.
  • Es soltar. Es dejar ir. 
  • Es aprender a romper el patrón de la continuidad. Es crear el espacio necesario para decidir qué dirección tomar, una dirección no necesariamente precedida por el camino que llevamos transitando hacia ese momento. ¿No te ha sucedido que las decisiones más importantes en tu vida han sucedido después de un viaje, un retiro o algo que rompía la continuidad?
  • Es reducir el tamaño de nuestro sistema de alerta (amígdala).
  • Es transitar a voluntad del estado simpático al parasimpático, aumentando la frecuencia de ondas gamma.
  • Es pasar la concentración y exploración del exterior al interior.
  • Es el proceso en el que voluntariamente generamos, nos familiarizamos e integramos un estado virtuoso en nuestra mente. 


Cuarto,

La energía cerebral.

Es la parte más comprometida del plano espiritual,

especialmente para un científico racional,

pero lo puedes entender perfectamente desde el plano metafórico.

Crear pensamientos y mantenerlos, recordarlos, generar emociones y controlarlas, disciplinar los potentes impulsos internos…

todo ello,  implica un tremendo gasto de energía.

Reducir la entropía cerebral requiere mucha energía.

Para M.S. esta energía es interna,

todos la tenemos y no procede de los alimentos.

No se gasta, aunque sí sufre bloqueos y nudos por eventos pasados.

Todas las grandes tradiciones espirituales hablan de esa energía, aunque le den diferentes nombres.

Para Singer, disfrutar de una vida plena significa experimentar un alto nivel de energía, amor y entusiasmo en todo momento

Te confieso, que esto es precisamente mi propósito/objetivo más importante en el que estoy poniendo el trabajo y el esfuerzo. 

Tomando decisiones importantes, como cambio de lugar, actividades laborales, relaciones, etc. Exposición a situaciones nuevas e incómodas.

El desarrollo personal implica precisamente esto.

Dejar ir, dejar atrás, seguir creciendo.

Aunque de mucho miedo.

Aunque, en algunos momentos, te vayas quedando sólo y toque tomar el camino menos transitado.

El asunto es que, para manifestar esta energía,

se necesita abrirse, comprometerse con nosotros mismos a explorar nuestra capacidad de dar y recibir energía, 

aunque al comienzo lo encontremos poco natural.

«Aprender a mantenerse abierto pase lo que pase».

Si permites que el hecho de estar abierto dependa de una serie de condiciones que debe cumplir el mundo externo, entonces estás limitando tu apertura a que se den esas condiciones.

«No. No voy a cerrarme. Me voy a relajar. Voy a dejar que esta situación tenga lugar y voy a estar aquí presente con ella».

Y llegados este punto, se conecta clarísimamente con «El experimento rendición» y con «El amor fati» estoico. 

Diría que es uno de los párrafos e ideas más potentes del autor:

«Mientras sigas definiendo lo que te gusta y lo que no, seguirás abriéndote y cerrándote. Cuanto más abierto te mantengas, más aumentará el flujo de energía en tu interior. En un momento dado, habrá en ti tanta energía fluyendo que empezará a rebosar al exterior. Sentirás que se vierten oleadas de energía al exterior desde ti. Y, esa energía afecta a los demás. Te conviertes así en una fuente de luz para todos los que te rodean».

Según MS, y quizás una de las partes más polémicas es, 

que se puede incluso incidir en tu salud física mediante tu flujo de energía.

Es indudable que una actitud positiva nos ayuda a todos los niveles.

Esto lo hablamos en el último episodio sobre longevidad con Marcos Vázquez.
 

Mediante la meditación, la consciencia y la fuerza de voluntad se puede aprender a mantener la apertura. Basta con relajarse y soltar.

Podría seguir con este correo mucho más.

Y si quieres déjame un comentario y seguiremos.

Son decenas de aprendizajes lo que estoy viviendo estas últimas semanas.

Si te ha gustado y te ha aportado valor,

y de paso quieres seguir aprendiendo,

quiero recomendarte nuestra nueva formación:

«El metajuego: máster en complejidad estratégica».

En esta formación hemos volcado cientos de aprendizajes,

hemos puesto el alma

(dónde pones la atención pones tu alma, y donde pones tu alma se expande).

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Un abrazote enorme.

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