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¿Qué une a un deportista de élite, a un emprendedor con siete empresas y a un inversor que devora libros? La respuesta cabe en un nombre: Carlos Martínez. Capitán de la selección española de baloncesto 3×3, número uno FIBA en España y top 20 mundial, Carlos representa esa mezcla poco común de disciplina deportiva y visión empresarial que tanto buscamos en Píldoras del Conocimiento.
En las siguientes líneas vamos a recorrer su historia: desde firmar un contrato profesional con solo 14 años hasta levantar un holding de compañías antes de los 30. Veremos sus principios, sus fracasos y sus aprendizajes en inversión, negocios y vida personal. Y lo haremos con ejemplos claros que cualquiera puede aplicar para mejorar en salud, dinero y amor.
Quién es Carlos Martínez
Nacido en A Coruña, siempre se definió como un chico competitivo. Con 12 años ya vestía la camiseta de la selección española y, a los 14, firmó su primer contrato profesional de baloncesto. Sin embargo, la cara B del deporte le golpeó pronto: quedarse fuera de convocatorias en su ciudad, bajar de categoría y no encontrar hueco en el primer equipo de la ACB.
Lejos de rendirse, decidió reinventarse. Fundó junto a compañeros el primer club de baloncesto 3×3 profesional de España, apostando por una modalidad que acabaría siendo olímpica. Hoy es capitán de la selección nacional y uno de los mejores del mundo en su disciplina.
De la cancha a las inversiones: una mentalidad de startup
Lo que distingue a Carlos no es solo su físico o su talento deportivo. Es la mentalidad. Mientras muchos deportistas centran todo en su carrera, él aplicó un principio de startupero: buscar modelos repetibles y escalables. Esa obsesión lo llevó a leer con voracidad en tres áreas clave:
- Inversión: del value investing al estudio del dinero y Bitcoin.
- Emprendimiento: creación de empresas, riesgos asimétricos y multiplicadores.
- Ventas: comunicar y cerrar acuerdos, dentro y fuera de la cancha.
Resultado: con 28 años compite en la élite deportiva y participa en siete empresas a través de un holding.
Inversión: del ladrillo al Bitcoin
Sus primeras jugadas fueron en el terreno inmobiliario. Casi como un Monopoly real. Pero pronto entendió que el ladrillo tiene techo: escalable, sí, pero limitado. Así entró en la bolsa y, más tarde, en Bitcoin.
Carlos lo resume de forma sencilla: “No se trata solo de libertad financiera, sino de confianza financiera. Saber que, pase lo que pase, tienes las habilidades para generar ingresos y proteger tu patrimonio”.
Factores clave en Bitcoin
- El hash rate, como termómetro de seguridad.
- El riesgo de una disrupción tecnológica inesperada.
- Las políticas confiscatorias o restrictivas de los estados.
Para él, Bitcoin no es un casino, sino un hallazgo con fundamentos sólidos que requiere vigilancia continua.
Emprendimiento: siete empresas antes de los 30
Más allá del baloncesto, Carlos ha creado un ecosistema empresarial centrado en el deporte y la salud. Algunos ejemplos concretos:
- Evolution: redes deportivas hechas con redes de pesca recicladas, premiadas por innovación y distribuidas en grandes cadenas.
- Recuperación deportiva: importación y venta exclusiva en Europa de tecnología puntera como rodilleras de presoterapia con frío y calor.
- Gimnasios: un modelo en expansión que mezcla rendimiento, bienestar y comunidad.
En todos sus proyectos busca lo mismo: negocios multiplicadores, escalables y delegables.
Lecciones vitales: salud, dinero y amor
Cuando se le pregunta cómo organiza su vida, responde con un triángulo simple:
- Salud: cuidar obsesivamente cuerpo y mente.
- Dinero: iterar en inversión, emprendimiento y ventas.
- Amor: construir una relación estable y proyectar una familia.
Su conclusión es tajante: “Nunca he conocido a alguien que, durante 5 o 10 años, se obsesione con mejorar en estos tres campos y termine peor que antes”.
Mitos que derriba
- Que el éxito depende de contactos o dinero familiar. Para él, eso son excusas que ocultan inacción.
- Que la vida del deportista es idílica. En sus palabras: “El deporte de élite no es salud. Es exigencia constante, frustración y venta de tu cuerpo”.
- Que la libertad financiera es la meta final. Él prefiere hablar de confianza financiera.
- Que el talento es pura magia. Según Carlos, la disciplina y la curiosidad también son talentos.
Conclusión: el éxito llega al que itera
La historia de Carlos Martínez recuerda que el éxito no es fruto de la varita mágica, sino de iterar, aprender y accionar durante años. Deportista de élite, emprendedor y futuro padre, demuestra que es posible escalar en salud, dinero y amor con una misma mentalidad: la de quien vive su vida como una startup.
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