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El mundo actual no es simple. Es complejo, interconectado y cambiante. Resolver problemas ya no consiste en aplicar recetas prefabricadas, sino en desarrollar la capacidad de pensar de otra manera.

Por eso la resolución de problemas complejos (CPS o Complex Problem Solving) es una de las habilidades más demandadas del siglo XXI.

Si sabes gestionar la complejidad, tienes ventaja. Si no, estás condenado a improvisar.

¿Qué es un problema complejo?

Un problema complejo no es simplemente difícil. Se caracteriza por múltiples variables interconectadas, interacciones no lineales y resultados impredecibles. La suma de las partes no explica el todo.

Ejemplos: el clima, el funcionamiento de una ciudad, el comportamiento de un mercado financiero… o la estrategia de una empresa que compite en un entorno digital.

Hablamos de complejidad estratégica, de sistemas donde la causa y el efecto no siempre están claros.

Ejemplos cotidianos y empresariales

  • Planificar tus finanzas personales en un mundo inflacionario.
  • Decidir un cambio de carrera profesional cuando no sabes si el sector tendrá futuro.
  • Innovar en un negocio cuando la tecnología cambia más rápido que tu capacidad de adaptarte.
  • Gestionar equipos de trabajo donde las motivaciones y expectativas chocan.
  • Emprender un proyecto con incertidumbre radical: socios, inversión, timing de mercado.

Estos problemas no se resuelven con un tutorial de YouTube. Requieren otra forma de pensar.

¿Por qué aprender a resolver problemas complejos?

La OCDE y el World Economic Forum lo tienen claro: el Complex Problem Solving está en el top de las soft skills más importantes para el futuro.

Porque quien domina esta habilidad:

  • Toma mejores decisiones bajo incertidumbre.
  • Genera soluciones innovadoras donde otros se bloquean.
  • Se adapta más rápido a los cambios.
  • Convierte la complejidad en ventaja competitiva.

En España, Javier Recuenco es una de las referencias en complejidad estratégica. Te recomiendo escuchar la entrevista que le hice en el episodio #106 de Píldoras del Conocimiento.

Y si quieres otra perspectiva, el episodio #91 sobre la complejidad de lo salvaje también te puede aportar mucho.

Estrategias de resolución de problemas complejos

  • Pensamiento sistémico: ver las conexiones, no solo las piezas.
  • Mapas de actores y causalidad: quién influye en qué, y cómo.
  • Escenarios y simulaciones: ensayar futuros posibles.
  • Trabajo multidisciplinar: distintas perspectivas para un mismo reto.
  • Experimentación controlada: probar, medir, ajustar.

Resolver un problema complejo es más parecido a navegar un mar cambiante que a resolver una ecuación de matemáticas.

El Metajuego: el máster en resolución de problemas complejos

En El Metajuego aprenderás la mentalidad, los modelos y las herramientas necesarias para convertir la complejidad en claridad.

Es más que un curso en CPS: es un método práctico para pensar mejor y decidir con ventaja.

  • Clases en directo.
  • Ejercicios y cuaderno de trabajo.
  • Masterclasses con expertos.
  • Comunidad de alumnos con la que avanzar.

Si de verdad quieres dominar la resolución de problemas complejos, no improvises: entra en El Metajuego.

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