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Querido lector,

Hace un tiempo os envié un correo sobre REANCESTRALIZACIÓN.

También, publiqué un episodio del podcast.

Y por último, creamos un taller presencial (del 6-10 de septiembre en Mallorca),

en el que se llenaron, las pocas plazas, al día siguiente de publicar el episodio.

Hoy quiero resumirte de nuevo,

estos importantes conceptos…

pero con nuevos matices.

PRIMERO:

resulta que un pilar básico para tener un entorno hormonal óptimo,

como pueda ser la comida, el descanso y el ejercicio,

resulta que es ajustar nuestro ritmo circadiano al del sol.

Esto pudiera parecer una chorrada… pero NO.

Me explico,

trato de levantarme cuando amanece y trato de acostarme no mucho después del anochecer.

Con flexibilidad puntual pero manteniendo los horarios.

Importante: no se trata solo de dormir 8 horas,

Se trata de dormirlas cuando «circadianamente» más sentido tiene para mis relojes biológicos.

El problema surge cuando pasa el tiempo,

y olvidamos contemplar amaneceres, 

olvidamos contemplar anocheceres,

el mundo moderno y el trabajo nos lo pone realmente difícil.

Tenemos que ser fuertes,

tenemos que ser disciplinados

y priorizarnos.

Esto me lleva al siguiente punto,

SEGUNDO:

Trato de comer principalmente en las horas centrales del día,

concretamente como de 12h-18h.

¿Dirás vas a pasar hambre? Pues depende…

El secreto es nuevamente volver a los orígenes.

Comer los alimentos habituales de nuestros antepasados.

Idealmente comer los mismos alimentos que se bañan bajo el mismo sol que nos baña a nosotros.

Aquellos alimentos que también comían nuestros antepasados.

No «Bayas de Goji» ni «Sal del Himalaya».

Y matiz importante,

¡ATENCIÓN!

No importa tanto fijarse en calorías, macros, ni nada de eso…

De hecho, no me fijo nada y tengo mi mejor composición corporal.

¿Por qué sucede esto?

¿No tenía que comer no-se-cuantas proteínas y evitar las grasas saturadas?

Cuando comes «natural» y escuchas al cuerpo, este es muy sabio.

Él sabe regularse.

Él sabe cuándo tiene hambre y cuando no.

Él sabe cuándo se ha «saturado el paladar» de un sabor de un alimento concreto y necesita otro.

El adipostato regula nuestras ganas de comer y

el grado de apetencia por cierta comida.

El adipostato funciona de forma similar al termostato de nuestra casa.

Somos un fascinante sistema complejo,

Se generan bucles compensadores.

La clave es,

tan simple como: no trastornar nuestro adipostato con comida no natural.

Esta es la relación causal última que resuelve el problema complejo.

La solución no está en contar calorías,

en mirar etiquetas nutricionales,

en tomar suplementos de proteínas,

la clave es entender que al igual que el sol es información para nuestro cuerpo,

la comida no es sólo energía, ¡es información!

Pero de nuevo,

esto no debe de convertirse una moda,

algo que hacemos sólo mientras nos dure la motivación,

debe ser nuestro estilo de vida de nutrirnos.

¿Cómo comer natural?… esto me lleva al tercer punto.

TERCERO:

Comer comida que no tiene ni código de barras ni etiquetas nutricionales.

Básicamente, evitar las estanterías de los supermercados.

Todo se resume a: frutería, carnicería, y pescadería.

¡Ya está!

Gastar el dinero en comprar buena carne, buen pescado y frutas/vegetales.

Comprobado,

¡después de comer unas buen costillar no tengo hambre en todo el día!

La comida no-natural está principalmente diseñada para saltarse nuestros mecanismos de regulación.

Resultan en estímulos supernormales

Sobreestimulan nuestro cerebro y nos hace dependientes del sabor.

Tampoco nos sacian.

Cuanto más consumamos mejor.

Destruyen nuestros bucles compensadores y generan bucles reforzadores.

Esto me lleva al cuarto punto.

CUARTO:

Trato de comer «duro».

Cuando comes comida natural y la cocinas al fuego/calor,

y luego tratas de comerla sin cubiertos (en casa),

estamos trabajando tanto la capacidad de manipulación,

como nuestra salud dental.

Además, logramos un fortalecimiento de la mandíbula.

Cuando como con gente no lo hago así, no pasa nada.

Pero en mi casa sí.

QUINTO:

Trato de evitar las luces artificiales.

Sin obsesión, ¡por supuesto!

En mi casa afortunadamente entra bastante luz durante todo el día y no necesito emplear apenas luces.

Además, siempre que puedo… ventanas abiertas.

Así evito que se filtre parte del espectro de la luz natural del sol.

Es cierto que la casa acumula algo más de polvo,

pero… entre nosotros…

tampoco quiero vivir en un entorno aséptico,

entre otras cosas, porque nuevamente, no es nuestro entorno natural y me perjudicaría.

Por la noche, me acuesto temprano y uso velas,

En el caso de emplear luz artificial (por ejemplo para leer un rato),

he cambiado la mayoría de las bombillas de la casa por estas de color rojo.

En caso de usar algún dispositivo tecnológico (una vez se ha puesto el sol),

o al exponerme alguna luz artificial no roja,

me pongo estas gafas rojas.

Dirás: ¡Qué friki! …

muy bien, pero duermo mejor.

Con menos horas tengo más descanso.

Últimamente con 6.30-7h de sueño me encuentro formidable.

SEXTO:

He aumentado muy notablemente mi exposición al frío.

Estoy combinando dos aspectos:

el primero, paseos por la naturaleza sin camiseta, descalzo y a primera hora

con, duchas frías después de entrenar.

La exposición al frío otorga al menos un triple beneficio:

mejora el sistema inmunológico, favorece el sueño nocturno (al incrementar la melatonina),

entrena nuestra fortaleza mental y genera ese «efecto ganador» acumulativo.

Esto no quiere decir que no vayas a enfermarte nunca,

simplemente es generar incomodidad máxima, 

para poder disfrutar posteriormente también de… comodidad máxima.

SÉPTIMO:

Tratar de esparcir a lo largo del día,

breves snacks (ratitos) de movimiento,

deporte, exposición al clima (sol y frío), colgarme y caminar descalzo.

La mayoría de gente pasa el 95% del tiempo sentado, y el 5% en el gimnasio.

Pero… no es biológicamente lo natural.

Es mejor intercalar movimiento durante todo nuestro día.

Unido a esto, estoy tratando de minimizar el uso de sofá (que ya era mínimo)

y el uso de sillas.

En cuanto entro a casa… descalzo y con poca ropa.

Siempre que puedo trabajo de pie, o al menos alterno.

En casa o en la calle,

con frecuencia me siento o me tumbo en el suelo,

o simplemente me mantengo en cuclillas.

Es lo natural, y lo que más nos beneficia (por múltiples vías).

Un matiz importante,

Caminar descalzos por entornos lo más naturales posibles,

caminar en entornos urbanos puede dañarnos, e incluso,

de actuar nuestro cuerpo como antenas.

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